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Salta, Jujuy y Güemes


El censo de Jujuy levantado en 1779 y publicado en este Archivo (Tomo I, pag. 116), menciona entre los vecinos de la ciudad a los siguientes: "Dn. Gabriel de Güemes Montero, Tesorero Oficial. de 30 años casado con Da. María Magdalena de Goyechea de 16 años. Esos fueron los padres del famoso Martín Güemes que aún no había nacido, y que bien pudo haber tenido su cuna en Jujuy, como tuvo su madre. El padre, que era español y empleado del régimen colonial, fué poco después trasladado a desempeñar sus funciones de Tesorero de Salta, donde el 9 de Febrero de 1785 nació el hijo a quien bautizaron con el nombre de Martín Miguel, en memoria de su abuelo materno el general Martín Miguel de Goyechea, también de antigua radicación en Jujuy y de actuación militar en la frontera de Orán. La madre jujeña, por su parte, dió su propio nombre a su hija Magdalena, la famosa Macacha de la epopeya, la Egeria de su hermano el caudillo. Los Goyechea, además, hallábanse emparentados con los Iriarte, los Espinosa, los de la Corte, y otras distinguidas familias de Jujuy, lo que diole a Martín Güemes en los años de su acción histórica el apoyo de un clan de su linaje; por ejemplo: su primo Bartolomé de la Corte, Coronel de la guerra gaucha, fué gobernador de Jujuy (también fueron gobernadores de Jujuy, el doctor Juan Manuel Güemes, hermano del prócer, primogenito, nacido en Jujuy; y el coronel José Güemes (ver Zinny, Gobernadores; Carrillo, Historias y Archivo). Todos estos motivos domésticos inducen a pensar que el salteño Martín Güemes no puede haber malquerido a Jujuy, que era su terruño familiar. Y, en efecto, lo llamó cierta vez, en 1818, "ese mi predilecto pueblo" (Archivo, tomo II, pág. 365) Dijérase tramado por el mismo espíritu de su prosapia jujeña, el que su gesta patriótica empezara en Humahuaca y el que en este mismo lugar se revelara la indole popular de su genio como guerrillero.... Si tales son los comienzos de Güemes, en ese ambiente de agreste popularidad que caracterizaron su destino, claro está que él fué durante diez años el Campeador de aquella frontera. Mientras el tiempo pasara, habría de sentir la Epopeya de Humahuaca como cosa cada vez más suya, por lo mismo que él era salteño. Semejante dualidad se reveía en estos documentos. Caso notable es, y en el volumen IV se comprueba, que Güemes habla casi siempre a los jujeños con moderación. Los historiadores locales han dicho que fué enemigo del Doctor Gordaliza, del Doctor Sánchez de Bustamante, del Coronel Dávila; es de no creerlo, al ver cómo habla de ellos o se dirige a ellos, cuando se trata de la Patria común. (pags. 449 y 454), y Tomo II, pág. 175) A medida que el tiempo pasa, sus expresiones para Jujuy son más cordiales.Veamos un ejemplo: el 17 de Agosto de 1820, un año antes de su muerte se dirige al Cabildo Jujeño... La guerra de la Independencia unió a Salta y Jujuy en un solo destino, y pues la causa de Güemes era común a las dos ciudades, mal pudo el caudillo salteño malquerer ese hogar de su madre jujeña que era además un baluarte de sus campañas... Salta y Jujuy vivieron desde los siglos coloniales sometidas a las mismas vicisitudes. Separábanlas solamente diez y ocho leguas, y un camino de árboles las acercaba. Los malones del Chaco y el comercio del Perú, estrecharon más aún la vecindad de ambos pueblos. Las rencillas del orgullo regional fueron entre ellas superficiales. Cierto es que hay algunas expresiones agrias de Jujuy y de los jujeños contra Güemes; pero las hubo más agrias del Cabildo de Salta y de los salteños. Unos y otros fueron efímero resultado de la pasión política, pero a los conflictos siguió casi siempre la reconciliación. Al contemplar los hechos desde un ángulo exclusivo, la perspectiva puede tornarse estrecha, fragmentando la realidad, trocando las magnitudes, apasionando los juicios. Preocupaciones políticas o domésticas, inducen a pareceres que oscilan entre la detracción y el panegírico. Los testimonios contrapuestos deben ser compensados. Por ejemplo, la "Historia Civil de Jujuy" por el Doctor Joaquín Carrillo (1877) y la "Historia de Güemes y de Salta" por el Doctor Bernardo Frías (1909)a, son obras valiosísimas en la delimitación geográfica de sus respectivos temas y en el amor de sus respectivos terruños; pero entrambas se contradicen, y acaso fuera menester no sólo completarlas por un lento trabajo en los archivos de las dos provincias y en otros de la República, sino por una nueva actitud de concordia entre ambas ciudades."

"La Entrevista de Guayaquil" de Ricardo Rojas (1950)

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