Los Estatutos de Limpieza de sangre: sangre pura
La Limpieza de Sangre fue un mecanismo para excluir socialmente a los conversos, ya fueran de origen judío, musulmán o penitenciados por la Inquisición.
*Información de Limpieza de sangre
Aunque no emergen hasta finales del siglo XV, durante los siglos XVI y XVII, lo que empezó como una obsesión por la pureza de sangre (tener una larga ascendencia cristiana vieja) se convirtió en un mecanismo de exclusión que controlaba el ascenso social y profesional. Y para establecer ese control se crearon los Estatutos de Limpieza de sangre.
Origen de los Estatutos de Limpieza de Sangre
Aunque no hay consenso en cual fue el momento exacto de su origen si hay acuerdo en que su raíz estuvo en la ola de violencia antisemítica de 1391 que arrasó Sevilla y otras ciudades y en la que murieron cientos de judíos. También están de acuerdo en que un momento clave en su historia fue la Sentencia-Estatuto de Toledo de 1445.
*Matanza de judíos en Barcelona 1391
En la península Ibérica las conversiones masivas de judíos al cristianismo, en su mayoría forzadas, tuvieron lugar en los años que siguieron a la revuelta judía de 1391 y en los cuatro meses que siguieron a la firma, en 1492 por los Reyes Católicos, del Edicto de Granada por el que se obligaba a todos los judíos de la península Ibérica a convertirse al catolicismo, o ser expulsados. La desobediencia a este edicto supondría la condena a muerte y la confiscación de los bienes.
*Edicto de Granada 1492
«Nosotros ordenamos que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes.»
La integración de los conversos nunca fue fácil. Ser judío, implicaba automáticamente ser sospechoso de algo, era un estigma, que duraba toda su vida y se trasladaba a las generaciones futuras. Ni siquiera el bautismo lavaba por completo los pecados de los individuos, algo completamente opuesto a la doctrina cristiana.
Ni siquiera el bautismo lavaba por completo los pecados
La misma Inquisición vigilaba muy de cerca a los judíos conversos, los cristianos nuevos, pues sospechaba que algunos “judaizaban” es decir, que seguían observando clandestinamente sus costumbres y su anterior religion, los llamados “marranos”. Al final ser judío, implicaba automáticamente ser sospechoso de algo.
*Marranos, Ceremonia secreta
Obsesión por la sangre pura
El problema de integración se fue agrandando. Empezó a calar la idea de que los cristianos nuevos no eran buenos cristianos, que no eran sinceros y que su sangre estaba contaminada.
Durante los siglos XVI y XVII, lo que empezó como una obsesión por la pureza de sangre (tener una larga ascendencia cristiana vieja) se convirtió en un mecanismo que controlaba el ascenso social y profesional. Para establecer ese control se crearon los Estatutos de limpieza de sangre y muchas instituciones y corporaciones de todo tipo los empezaron a exigir.
Se convirtieron en un mecanismo que controlaba el ascenso social y profesional.
Los Estatutos de Limpieza de Sangre era una práctica para acreditar que se era «cristiano viejo», sin antepasados judíos o musulmanes y añadiéndose después, el no descender de penitenciados por la Inquisición
El primer Estatuto de Limpieza de Sangre-1449
Se establecen por primera vez en 1449 en Toledo. D. Álvaro de Luna, valido de Juan II de Castilla, exigió mediante un impuesto la cantidad de un millón de maravedíes para ayudar a Castilla en la guerra que tenía contra Aragón. Pedro Sarmiento, Alcalde Mayor de Toledo encabeza una rebelión negándose a pagar el impuesto y culpando al converso Alonso Cota de ser el creador del impuesto.
Sarmiento y sus seguidores se reúnen en el Ayuntamiento y promulgan una Sentencia-Estatuto por la cual se expulsaba a todos los conversos judíos de los puestos importantes:
“todos los dichos conversos descendientes del perverso linaje de los judíos, en cualquier guisa que sea…. sean habidos e tenidos como el derecho los ha e tiene por infames, inhábiles, incapaces e indignos para haber todo oficio e beneficio público y privado en la dicha cibdad de Toledo”
La sentencia-estatuto de Toledo se considera como el primer estatuto de pureza de sangre y a partir de ese momento su difusión y aplicación es imparable. Se empezó a exigir ser cristiano viejo de varias generaciones para cargos de gobiernos municipales, judiciales, administrativos, órdenes religiosas, universidades, órdenes militares, en la fundación de Mayorazgos o para trasladarse a Indias. Y con ello se iba extendiendo la estigmatización de “conversos, moros, herejes y gentes de mala raza”
Los Estatutos de Limpieza tuvieron su máximo apogeo en 1547
Los Estatutos de limpieza de sangre alcanzaron su momento de máximo apogeo en 1547 cuando el arzobispo de Toledo, Juan Martinez Silíceo promulgo un Estatuto de Limpieza de Sangre que sirvió de modelo para las demás diócesis. Este Estatuto fue ratificado por el Papa y aprobado por el Rey lo cual hizo que se extendiera todavía más su aplicación en otras instituciones.
*Estatuto de Toledo de Juan Martinez Siliceo
Procedimiento de las probanzas de limpieza de sangre
En un primer momento se exigía la probanza de todas las generaciones que se pudiese remontar en el tiempo. Pero el rey Felipe II en 1593 ordenó que bastara remontar cinco generaciones o doscientos años.
El Cabildo nombraba un comisario o informante el cual, con un modelo de interrogatorio se trasladaba a la población natal del aspirante, donde debía solicitar una copia de la partida bautismal. Seguidamente, y tras oír a varios testigos tenía que averiguar, al menos, la naturaleza de sus padres y abuelos, desplazándose a las poblaciones que fuesen necesarias para tal comprobación. Por lo general testificaban ocho personas que debían declarar los datos que conociesen del aspirante y su familia. Se trataba de diversas pruebas complejas, largas en el tiempo y caras.
Los afectados trataban de ocultar su pasado: cambiando el apellido, falseando su genealogía, comprando testigos
El mayor problema que tenían estas probanzas era que se basaban en las declaraciones orales de los testigos y en su posible falta de imparcialidad de los testigos, pues bastaba con cualquier enemistad con el aspirante o cualquier rencilla o envidia (cosa fácil en poblaciones pequeñas donde todos se conocían) para que se destruyera la fama de una familia.
*El Inquisidor General Fray Tomás de Torquemada, ofrece a los Reyes Católicos el Edicto de Expulsión de los judíos de España. 1492 Museo Bellas Artes de Granada. Oleo de Emilio Salas Francés.
Ante los abusos que terminaron por darse en la tramitación de los estatutos de limpieza de sangre, la Junta de Reformación de 1623 dictó una serie de normas para acreditar la limpieza de sangre: no se debían tomar en consideración las pruebas verbales o los rumores que no estuvieran apoyados en pruebas sólidas. Como garantía se ordenó que la certificación debiera ser emitida por las Órdenes Militares, el Santo Oficio, el arzobispado de Toledo, los cuatro Colegios de Salamanca y los mayores de Valladolid y Alcalá de Henares.
El mayor problema era la posible falta de imparcialidad de los testigos
Detractores
Los Estatutos de Limpieza de Sangre tuvieron grandes detractores a lo largo del tiempo: algunos Papas, eclesiásticos y políticos. Un sector de la Iglesia consideraba que iban contra los preceptos religiosos porque castigaba a quienes se convertían al catolicismo y además, como he comentado antes, ni siquiera el bautismo lavaba por completo los pecados de los conversos.
Se iba extendiendo la estigmatización de “conversos, moros, herejes y gentes de mala raza”
Esta corriente intento en varias ocasiones reformarlos pero si no triunfo fue en parte por la corriente contraria de los cristianos viejos que encontraron en su antigua limpieza de sangre un medio para poder situarse socialmente
Ese fue el caso de Francisco de Quevedo que estaba en contra de la revisión de los Estatutos y son famosos los sonetos que le escribió a Góngora insultándole por su condición de “manchado”, o sea, judío.
“Hombre a quien la limpieza fue tan poca
(no tocando a su cepa)
que nunca, que yo sepa,
se le cayó la mierda de la boca”
Abolición de los Estatutos de limpieza de sangre
Los estatutos nunca fueron una norma en vigor para toda un el Estado, sino que fueron siendo adoptados por instituciones y por ello desde el Estado no se pudo dictar una Ley que los suprimiera totalmente.
A pesar de ello las instituciones fueron aboliéndolos. Por ejemplo, la Reina María Cristina en 1835 decretó la supresión de las pruebas de limpieza para acceder a seminarios de nobles.
Las últimas medidas para su abolición completa fue mediante un Decreto en 1865 que los declara nulos para poder acceder a alguno Colegios Militares que todavía los exigía
En otra ocasión hablare de dos libros que circularon durante esos años (los dos fueron retirados) en los que se ponía en duda el origen sin mácula de grandes familias de la nobleza tanto de Castilla como de Aragón, incluso alguna de Portugal, afirmando que su sangre estaba infectada de sangre judía.