Familias Fundadoras de Río IV.Los Vélez y los Acosta (Breve Reseña)
Magdalena Acosta Vélez Carranza
Pocos pueden reconstruir la historia de su familia prácticamente desde sus orígenes. Algunos ni siquiera conocen quiénes fueron sus antepasados más cercanos. Sin embargo, una ciudadana indagó en diarios, libros y diversos documentos para viajar en el tiempo y ver de cerca el nacimiento de su linaje. La historia de las familias Vélez y Acosta son muy significativas no sólo para la ciudad, sino también para el país, con nombres que a todos resultan más que conocidos. Llegados desde España hace más de tres siglos, tuvieron su participación en la formación del país y en la fundación de la Villa de la Concepción, se destacaron en el siglo pasado y hoy se mantienen en la ciudad. Desde España “La historia de los Vélez es muy larga, el linaje de la familia tiene muchas ramas en todo nuestro pasado”, asegura Graciela Vélez, que reconstruyó la vida de todo su clan. Cuenta que los Vélez aparecieron en Argentina en 1637, con Antonio Vélez de Herrera, nacido en Santiago del Estero. Éste se estableció en Córdoba, en la zona de Calamuchita, pero sus antepasados llegaron a nuestras tierras mucho antes. Aquél descendía de los Herrera y Guzmán, hidalgos en España, de la zona de Sevilla, que tenían cargos muy importantes en la conquista de América. Ellos llegaron a América en 1588, dice Graciela que entraron por el Norte, por la Nueva España, “se quedaron en México, Honduras, Santo Domingo, bajan al Virreinato de Perú, siguen a la región de Tucumán y se quedan en Santiago del Estero”, indica. - ¿Qué caracterizó a Antonio Vélez de Herrera? - El primer Vélez no se destacó mucho, si bien fue capitán de milicia no tuvo actuaciones militares. Fue defensor de menores en Córdoba y mayordomo del Hospital de Córdoba. Graciela continúa: “Se casó y tuvo 10 hijos, la mayoría fueron eclesiásticos, religiosas, muchos fallecieron párvulos y de los pocos que quedaron vivos, hay dos importantes para la zona de Río Cuarto y Calamuchita”. Los dos hombres fueron: Bernardo Vélez de Herrera, quien luchó contra los indios de Chaco por tener el rango de capitán de la milicia, era mandado por el Gobierno para defender la zona (incluso murió por una herida), tuvo una misión muy importante que compartió con un Acosta (Andrés Francisco), sin saber que años después sus familias se cruzarían, y fue uno de los primeros en estar en la línea de frontera sur de Córdoba, en aquella que pasaba por La Carlota; el otro fue un sacerdote, Antonio Vélez de Herrera, que se desempeñó como cura párroco del curato de Río Tercero y sus alrededores. Dalmacio Vélez Baigorrí fue uno de los nietos de Antonio Vélez de Herrera. Este nuevo referente de la familia tuvo dos matrimonios: uno con Catalina Carranza (que desciende de los Cabrera) y el otro con Rosa Sarsfield. En el primer matrimonio tuvo 16 hijos, de los cuales provienen los Vélez que viven actualmente en Río Cuarto. Por el lado de Sarsfield tuvo 9 hijos. Vélez Baigorrí se tuvo que hacer cargo a los 12 años de la estanca de sus padres, conocida como San Javier. Graciela indica que también por orden del Gobierno tuvo que luchar contra los indios, fue nombrado dos veces alcalde de Córdoba y en Buenos Aires tuvo a cargo puestos importantes, encomendado por el Virrey Vértiz. “Es notable, no tenía estudios pero sabía mucho de leyes”, señala Graciela. Nace la villa La unión entre los dos linajes, Vélez y Acosta, se produjo en 1776, en la zona de Calamuchita, luego de que se uniera una nieta de Vélez Baigorrí con José Gregorio de Acosta y Benítez, hijo del Acosta que había venido desde España en carácter de poblador. Los Herrera y Guzmán, en cambio, habían llegado como conquistadores y habían tenido a cargo 2 encomiendas de indios (es decir, un grupo que les daba el Gobierno para que los cuidaran, educaran en la fe y que pagaran un tributo, que en definitiva fueron sus propias tierras). En la fundación de Río Cuarto tuvieron una importante participación tanto los Vélez como los Acosta. Graciela cuenta que entre las dos familias hubo 7 entroncamientos, “se casaron hermanas con hermanos”. De estas uniones, dos fueron las que se asentaron en la ciudad: una fue la de Pedro Vélez Carranza que se casó con María Laura de Acosta y Sosa; la otra del alcalde Andrés Ángel de Acosta y Benítez (que tuvo 2 matrimonios). A Vélez Carranza le asignaron dos solares en la primera división de los terrenos. En 1814 lo encomendaron para que realice una investigación porque en la villa había mucha indisciplina. Se le encagó la formación de una compañía militar al coronel Martínez, pero el pueblo seguía alterado, por eso, dice Graciela, le encargaron a Vélez Carranza que ordenara la villa. El otro representante del linaje, en este período, fue el alcalde Andrés Ángel de Acosta y Benítez, quien llegó a estas tierras a principios de 1790 y cuando falleció el comisionado municipal Soria, fue el encargado de continuar el proceso fundacional de la ciudad. Acosta y Benítez se unió con su pariente Bentura Echeverría, también casado con una Acosta, para hacer el primer padrón y distribuir las 49 manzanas que delimitó el marqués de SobreMonte en su segundo viaje a la villa. Graciela indica orgullosa que “los Acosta integraron el primer Cabildo de la villa, en 1798”, y luego agrega: “Fueron familias que nunca se separaron, siempre estuvieron en contacto”. El alcalde Acosta tuvo 12 hijos, a algunos se les fueron designados solares en el trazado de la villa, y varios participaron de varias actividades de la alta sociedad.
Don Vélez Acosta A fines del siglo XIX y a comienzos del XX se destacó otro miembro del linaje, quien llevó los dos apellidos. Mariano Vélez Acosta fue bisnieto del alcalde Acosta y Benítez, nació en Córdoba y vivió sus primeros años en Calamuchita. En 1854 fue uno de los 45 alumnos elegidos en todo el país por el Gobierno nacional para recibir una beca para el colegio Monserrat, hecho que ocurrió durante la presidencia de Justo José de Urquiza. A Río Cuarto llegó en 1860, se casó Isabel Paula del Valle y Porcel de Peralta, que venía de una de las familias de comerciantes más importantes de la ciudad. Por aquellos años, las mujeres pertenecientes a las familias de la elite trabajaban mucho en actividades filantrópicas, como es el caso de doña Isabel del Valle, que se destacó en el cuidado de las cautivas. Graciela cuenta que su bisabuelo Vélez Acosta tuvo 15 hijos, 11 hombres y 4 mujeres, pero muchos fallecieron. “Se dedicaron a atender sus establecimientos ganaderos, porque tenían una posición económica, política y social muy buena”, explica y luego agrega: “Cada uno tenía su estancia y además ocupaban algún cargo público: en la cárcel, la Policía, la Municipalidad, o Rentas”. Mariano era dueño de una importante empresa de mensajería, era contratista de la Dirección General de Correos y Telégrafos, y tenía salidas frecuentes con las diligencias a Espinillo, Santa Rosa, San Ignacio, La Esquina, Piedra Blanca y Alpa Corral entre otros puntos del sur de la provincia. En 1873 fue uno de los integrantes de la comisión fundacional de la Biblioteca Popular, hoy conocida como Mariano Moreno e integró, también en ese año, la Comisión Honorable de Apoyo a las Damas de Beneficencia. Pertenecía al Partido Autonomista Nacional, apoyó a Roca en sus gobiernos, y sus hijos fueron demócratas. Fue un claro representante de la generación del ‘80 y como tal, tuvo mucha amistad con personalidades de la época como Mansilla, Roca, Racedo y Fotheringham. Falleció en 1905, pero el legado de su familia sigue aún presente.
Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield
Anecdotario Más allá de los entroncamientos con familias reconocidas de la ciudad y la provincia, hay muchos nombres famosos que se cruzan en el camino tanto de los Vélez como de los Acosta. De más está mencionar al reconocido Dalmacio Vélez Sarsfield, que forma parte de una de las ramas de este largo árbol genealógico. El alcalde Acosta y Mariano Vélez Acosta son los más recordados. Además, Vélez Acosta fue muy amigo de Roca, Mansilla y Fotheringham, sólo por mencionar algunos.
Así lo viví Graciela Vélez es bisnieta de Mariano Vélez Acosta y se ha encargado de reconstruir la historia de su familia desde los antepasados que llegaron de España. Hay que destacar que ella no es historiadora, pero el trabajo que llevó a cabo desde el año 2000 a la actualidad es propio de un estudioso del pasado. “A la investigación que hice la presentaré en un congreso que se llevará a cabo el año que viene en Río de los Sauces con historiadores e investigadores del sur”, comenta Graciela y agrega que “ahí lo presentaré sin edición, la publicación la haré más adelante en Río Cuarto”. - ¿Cómo surgió el interés por investigar el árbol genealógico de la familia?
- Nació cuando comencé a reconstruir la bóveda del cementerio que es de 1906. Empecé a buscar la historia de la familia, y en el diario más viejo del archivo histórico, de 1893, abrí y vi en la primera página una foto de mi bisabuelo Mariano Vélez, donde lo presentaban como dueño de una empresa de mensajería. Después, vi que en la mayoría de los libros de historia aparecen todos los Vélez y los Acosta. Mi familia fue una de las que cuentan poco su pasado, pero los Vélez han tenido mucha actuación en Río Cuarto. Orgullosa, narra aquél largo pasado.
NOTAS: Luis Schlossberg para PUNTAL.com.ar