Vínculos santiagueños de Manuel Belgrano
Recordando al querido Luis Alen Lascano- (Gentileza de Juan Manuel Viaña)
Vínculos santiagueños de Manuel Belgrano
Por: Luis C. Alen Lascano
De la Academia Nacional de la Hisatoria
Doña Catalina Bravo de Zamora y Vélez de Alcocer, hija de Lope Bravo de Zamora Bohorques y nieta del primer Bravo de Zamora, Don Lope, tronco de este añejo linaje, conquistador del siglo XVI. El ya nombrado padre de doña Catalina, Lope Bravo de Zamora Bohorques caso con doña Isabel Vélez de Alcocer, y la hija de este matrimonio, doña Catalina lo hizo con el caballero español Francisco de Alva que ocupara importantes cargos en Santiago del Estero, entre otros, los de Ayudante General y Escribano del Cabildo de la ciudad. En este hogar nació doña Juliana de Alva y Bravo de Zamora quien contrajo matrimonio en Santiago del Estero el 13 de abril de 1682, con don José de Islas, nacido en Génova y avecinado en Santiago donde fuera Protector de Naturales. Un nuevo tronco familiar habría de formarse desde entonces al establecerse en tierras santiagueñas a comienzos del siglo XVIII, don Juan Alonso González nacido en Cádiz en 1687, quien contrajo matrimonio en 1713 con doña Lucía de Islas y Alva Bravo de Zamora, del que fueron padrinos el Alcalde Capitular Capitán Juan Bravo de Zamora y su esposa doña Rosa de Saavedra Gramajo. Dos retoños de este hogar tuvieron en su descendencia nombres de ilustres patriotas argentinos. Una hija, doña Gregoria González Islas y Alva se caso en Buenos Aires con don Fernando Villarino y Varela siendo padres de doña Maria Josefa Villarino y González Islas casada con Ángel Castelli Salomón oriundo del reino de Morea y padres de Dr. Juan José Castelli Villarino Vocal de la Junta Gubernativa de 1810. Otro hijo, Don Manuel González Islas y Alva, nacido también en Santiago del Estero, casó en Buenos Aires con la porteña Maria Inés Casero Salazar cuya hija doña Maria Josefa González Casero contrajo matrimonio en Buenos Aires en 1757 con Don Domingo Francisco Belgrano Peri, castellanizado Pérez, nacido en Oneglia y naturalizado en Cádiz y entre sus catorce hijos algunos muertos en tierna edad, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano González nacido en 1770, elegido Vocal de la Junta de 1810 como su primo Castelli, creador de la enseña nacional y prócer indiscutido de la argentinidad, motiva este trabajo. En el hogar de los González Islas Casero Salazar se encontraba asimismo Micaela González Casero casada con Manuel Sánchez y Vázquez, natural de Santiago de Compostela, y una hija de ambos, Doña Maria Sánchez González, se casó con Carlos José Belgrano hermano de Manuel con lo cual se reforzaba el vínculo entre los miembros de esta familia. Ese centro troncal tuvo como referencia principal a Doña Catalina Bravo de Zamora y Vélez de Alcocer y su esposo Francisco de Alva propietarios de vastas extensiones de tierras santiagueñas en Tuama y las zonas aledañas a Loreto, y allí, habría de mandar a edificar en el 1700 la primitiva capilla para la Virgen. En esta propiedad de Llajta Mauca, que llamaban lugar Antiguo, inicióse esta gran devoción religiosa popular, y desde entonces la región comenzó a ser conocida como Paraje de La Capilla. Este Primitivo lugar de culto fue destruido por un sismo en 1732, pero sé reedificó en 1750 por obra y empeño de un nieto de Doña Catalina, el Pbro. José Baltasar de Islas y Alva Bravo de Zamora, su cura y vicario por más de cincuenta años, que evangelizó estos lugares y adopto el culto a Nuestra Señora de Loreto. La propiedad “El Yugo” era parte de estas tierras, y en esa estancia familiar, próxima a la Villa de Loreto venía a pasar temporadas de descanso el Gral. Belgrano mientras estaba al frente del Ejército del Norte acantonado en Tucumán. Aquí no solamente reponía fuerzas cuando su salud así lo requería, recibía a los amigos y parientes de Santiago del Estero, y también se dedicaba a la caza que era uno de sus mayores entretenimientos. En el trato local, Belgrano conserva amistades que le vienen de sus orígenes familiares, de sus luchas patrióticas, del entorno amistoso y de los camaradas de armas, aquellos que lucharon bajo sus ordenes en los combates victoriosos o en las derrotas trágicas, En los momentos ocasionales de sus residencias santiagueñas o en las pausas de sus viajes por la región noroeste frecuentaron su compañía, esos “parientes” mencionados en sus preferencias: el Pbro. Pedro Francisco de Uriarte, de indudable celo patriótico, era hijo del Capitán Juan José Uriarte de origen vizcaíno, que fue Alcalde y figura importante de cargos capitulares, cuya esposa Doña Gregoria Ledesma de Valderrama, descendía por línea materna de los Alva Bravo de Zamora. Igualmente Don Pedro Francisco Carol, que había sido defensor General de Menores en 1806, y Síndico Procurador de la Ciudad, cargo que ocupo en 1819 hasta ser consagrado Diputado al Congreso Nacional en 1824, era hijo del Capitán Don Pedro Carol, esposa de Doña Gregoria Suárez Ledesma Valderrama, como en el caso de Uriarte, era descendiente también por línea materna, de los Alva Bravo de Zamora. De la misma manera se emparentaba el Padre Felipe Ferrando, que años después ocupo bancas legislativas provinciales y contribuyo a la fundación de la Casa de Belén, como Capellán durante largo tiempo; tenia parecida vinculación, pues su abuelo Don Domingo Ferrando había casado con Doña Manuela Urrejola y Peñaloza Alfaro Alva Bravo de Zamora. Idéntica ascendencia Urrejola y Peñaloza Alfaro Alva Bravo de Zamora unían a la familia Borges con los Belgrano González. Don Manuel Pedro Borges, caballero portugués, muerto en la lucha contra la rebelión indígena de Tupac Amaru, estaba casado con Doña María Josefa Urrejola y Peñaloza (hermana de Doña Manuela Urrejola y Peñaloza de Ferrando) que por el lado materno descendía de los Peñaloza Alfaro Alva Bravo de Zamora, como ya señaláramos. El Borges Urrejola engendraron tres hijos, Manuela, Francisca y Juan Francisco. La segunda de ellos, se caso con Don José Domingo Iramain y fueron los padres del guerrero de la independencia Capitán Gregorio Iramain, combatiente en Salta, Tucumán, Vilcapujio y Ayohuma, donde cayo prisionero de los realistas y fue enviado a las Casa Matas del Callao, largo tiempo detenido. La casona familiar de Doña Francisca, rodeada de árboles y jardines, fue ofrecida como residencia al Gral. Belgrano a su paso por Santiago y su frecuentación mantuvo inalterable amistad. Otro hijo de aquel matrimonio, el Tte. Cnel. Juan Francisco Borges y Urrejola, Caballero Cruzado y precursor de la autonomía santiagueña, casado con Doña Catalina Medina y Montalvo (descendiente por línea paterna del Conquistador Don Gaspar de Medina), tuvo el trágico destino resultante de sus ideales al servicio de la tierra natal, y termino inmolado en la represión dispuesta por el Congreso Nacional de 1816 por las fuerzas dirigidas precisamente bajo el mando del Gral. Belgrano el 1º de enero de 1817. Al referirse a este episodio el prócer se explayaba poco después ante Don Martín Miguel de Güemes al celebrar que (Lorenzo) Lugones y Goncebat implicados en la revolución borgista “me pidieron perdón y se los he concedido, pues aquel lo alucinó mi buen pariente Borges, que de Dios haga y al segundo lo indujo por temor”. Sin formar parte del círculo familiar, cultivaron la amistad con el Gral. Belgrano, Don Germán Lugones y Don Santiago de Palacio capitulares de diversas épocas, y el Pbro. Juan Antonio Neirot que pronunció la primera oración fúnebre en memoria de los muertos en la batalla de Tucumán, al celebrarse el oficio religioso de la matriz santiagueña el 7 de octubre de 1812. De idéntica forma recordará a los santiagueños que combatieron en el Ejército del Norte en las reiteradas oportunidades que estuvo al mando de esa fuerza. Al bravo cadete Lorenzo Lugones ascendido a portaestandarte en la batalla de Las Piedras, guerrero de Tucumán, Salta, Vilcapujio y Ayohuma con el grado de Capitán y Comandante de la 2º compañía del 2° Escuadrón de Dragones a quien nombrara Ayudante de Campo. Al Capitán Pedro Isnardi de conducta distinguida en el Cuerpo de Cazadores el año 1813. A Don José de Cumulat, muerto heroicamente en Ayohuma; o a Don Manuel Besares que después de Tucumán y Salta ascendió en 1814 a Teniente 2º y habría de morir heroicamente en Ituzaingo cuando Belgrano ya había desaparecido. También al “saladino Ibarrita” como llamaba cariñosamente a su amigo Juan Felipe Ibarra quien vivió la emoción de la primera bandera patria jurándola en Jujuy, resultara distinguido con un Escudo de honor por su acción en Las Piedras, ascendió a Teniente en Tucumán, a Capitán en Salta, a cargo de la instrucción militar en el Regimiento N° 6 en Jujuy, su Ayudante de Campo en 1816 y designado por el mismo Belgrano al año siguiente Comandante General de la frontera de Santiago del Estero como Jefe del Fortín de Abipones. Esta enumeración debe incluir al Pbro. Manuel Vicente Mena, Capellán del Escuadrón de Húsares de Belgrano, fallecido en Buenos Aires como párroco de la Iglesia del Socorro que fuera Diputado al Congreso de 1826. Por esto, el espíritu del creador de nuestra enseña, habrá de tener siempre consigo el paisaje santiagueño en muchos momentos de su vida. Y Siempre recordara a sus hombres representativos, aun en el dolor de la confidencia epistolar llamara a Juan Francisco Borges “su pariente” obligado al sacrificio. Es que, sobre todo otro afecto, un gran amor habrá de inspirarle este solar, del que nunca se sintió ajeno.-