LOLA MORA ERA TUCUMANA
Terminando con mitos y medias verdades.
Desde hace unas décadas, la porfía de un grupo de investigadores salteños, pretende instalar de manera temeraria que en realidad, Lola Mora no fue tucumana, sino salteña. Con endebles argumentos, que magnifican (al punto de darles una entidad que a todas luces carecen), han convencido a muchos, lo que no por ello deja de ser una falacia. El único documento fehaciente existente para establecer el lugar de nacimiento de Dolores Mora, es una partida anotada en el Libro XI de Bautismos de la parroquia tucumana de Trancas. En el folio 190 se asienta “En ésta Parroquia de S. Joaquín de las Trancas, el día 22 de junio del año del Señor de mil ochocientos sesenta y siete, yo el cura into de este beneficio puse óleo y crisma a Dolores, de edad de dos meses, hija legítima de Don Romualdo Mora y de Da Regina Vega, fue bautizada por Dn Ramón Cañabere, sujeto aprobado, y para que conste lo firmó José D. Torres.” Fue la tercera, de los siete hijos del matrimonio, quién también se casó en la misma iglesia. (1)
La niña fue bautizada de socorro, lo que era muy común entonces, en tiempos donde la mortalidad infantil era muy alta. Las familias católicas, bautizaban en lo posible de inmediato a los recién nacidos; luego asentaban el bautismo en los libros parroquiales. Hasta la sanción de la Leydel matrimonio civil en 1890, eran los archivos de las parroquias, donde se anotaban los nacimientos, casamientos y defunciones de las personas. Los sostenedores de la “salteñidad” de Lola Mora, especialmente el investigador David Sorich, basan su tesis en el censo de 1869 (durante la presidencia de Sarmiento), donde en el Tomo 330, correspondiente a los departamentos Salta Capital, Cachi y Candelaria (libreta de censo de la localidad de El Tala), figuran sus padres y hermanos mayores censados en el Tala. Dan por sentado con esto, de que si allí fueron censados, allí debían vivir permanentemente. Son muchas las razones que pueden esgrimirse, del porque de la estadía de la familia en el lugar, la principal es que era muy común pasar temporadas estivales en el campo, como forma de evitar los calores de las ciudades y poblados. El propio Trancas es muy caluroso en verano. Curiosamente, los biógrafos de la artista, especialmente el referido investigador, omiten establecer que la familia Mora tenía su casa espaciosa en Trancas, frente a la Plaza. Hay una descripción de la misma, firmada de puño y letra por el matrimonio Mora-Vega en 1884, cuando la ofrecen en venta al gobierno para construir la cárcel de Trancas. La describen “…una propiedad que nos pertenece, situada en la esquina SE de la plaza de la referida Villa”, la que se ubica mirando al muro sur del muro de la Iglesia, calle de por medio. Manifiestan que la vivienda tiene unas 20 varas de frente a la plaza, con media cuadra de fondo de norte a sur sobre la calle lateral; todas las paredes dobles, algunas de ladrillo y otras de adobe, galería con pilares de quebracho, pozo, galpón, etc. Hasta aquí, queda muy en claro de que los Mora, iban y venían desde su casa en Trancas, a la zona del Tala en la época estival. Allí el padre tenía algunas fincas, donde criaba ganado principalmente. También es cierto que su madre tenía algunos parientes diseminados en la zona, aún despoblada. En 1870, su familia decidió radicarse definitivamente en San Miguel de Tucumán, a efectos de que los niños tuvieran una buena educación. Lola estudió en el colegio del Huerto; desde muy joven comenzó a desarrollar sus dotes para las artes. El maestro Italiano Santiago Falcucci le ayudó a potenciar aquellos talentos extraordinarios.
Siguieron sus estudios en Roma, la fama y el prestigio, sus vaivenes profesionales y una vida asombrosa. Lola Mora fue una adelantada en toda empresa que emprendió; abrió mundos nuevos a las mujeres, demostrando como el llamado por entonces “sexo débil”, podía abrirse paso y triunfar en un mundo de hombres. Es difícil imaginar lo que significó en su época y lo que le costó triunfar, edificando una imagen controversial, y muchas veces polémica. Es sin duda alguna, la artista argentina más importante de la historia y una leyenda y paradigma de su género.
ORÍGENES DE LA POLÉMICA ACERCA DEL LUGAR DE NACIMIENTO.
Como no podía ser de otra manera, la polémica Lola, décadas después de su desaparición física continuó siendo objeto de discusiones. La principal, como ya vimos es su lugar de nacimiento, lo que ha derramado ríos de tinta y levantado encarnizados enconos entre tucumanos y salteños. Durante la vida de Dolores Mora, todo el mundo se refirió a ella como, la “TUCUMANA.” Jamás nadie puso en duda su lugar de procedencia. Pero ocurrió que en el año 1968, una vecina de Trancas en una carta al director del Diario La Gaceta, refirió una historia acerca de haber escuchado a un tercero decir que nuestra Lola Mora había nacido en la finca “El Dátil”, en la localidad del Tala. Incluso publicó un pequeño folleto, que en nada acerca pruebas concretas. Desde entonces comenzó a generarse una polémica sostenida en el tiempo, por la cual los salteños pretenden hacer suya a Lola Mora. Por la porfía de algunos de ellos, incluso se toma como cierta ésta versión, a todas luces errónea. Sostienen como argumento que consideran “irrefutable” el “censo de 1869…” que ubica a su grupo familiar en el Tala, además de considerar como “prueba fehaciente” la tradición oral rescatada en la década de 1968 de dichos por terceras personas, quienes por entonces ni siquiera estaban ya vivas. Voy a dejar establecidos algunos argumentos, que considero palmarios, al efecto de sostener la indudable “tucumanidad” de Dolores Mora. 1)-Durante su extensa vida, Lola Mora fue motivo de innumerables artículos periodísticos. Invariablemente, EN TODOS ELLOS, SE HACE MENCIÓN A “LA ARTISTA TUCUMANA” Lola o Dolores Mora. Hemos desafiado a los sostenedores de la “salteñidad” de la artista, a demostrar UNA SOLA PUBLICACIÓN DE ÉPOCA que respalde su teoría…simplemente no existe tal divulgación. 2)- Del único documento fehaciente referido a su nacimiento, queda establecido que nació el 22 de abril de 1867. Por entonces, en la provincia de Tucumán había muy pocos médicos. Los niños nacían en las casas de sus mayores, con la ayuda de las solicitadas parteras. En los pueblos rurales, era lo habitual y cuando la mujer estaba ya cercana al parto, lo lógico era estar cerca de esas matronas que tenían la experiencia de ayudar en los nacimientos. Siguiendo esta línea argumental: donde elegirían los padres de Lola traerla al mundo? En su espaciosa casa del pueblo de Trancas, o en medio de la selva inculta que eran por entonces esas estancias fronterizas? El tala ni siquiera conformaba un pueblo urbanizado por entonces. Claramente, la niña Dolores, nació en su casa paterna del pueblo de Trancas, cerca de las mujeres que podían ayudar a su madre en el parto. Apelo a la simple lógica del lector, esa que no falla por ser a todas luces evidente. 3)- En todo momento de su vida, ELLA “DIJO SER TUCUMANA…” CUANDO SE CASÓ, DIJO “SER TUCUMANA DE NACIMIENTO…” Quienes somos nosotros o quién es David Sorich entonces, para poner en duda tamaña declaración, sellada de su puño y letra? Pero hay quienes incluso afirman con desfachatez al respecto, que Lola Mora mintió esto, como “mintió la edad” al casarse. La realidad es que contrajo matrimonio con un hombre 17 años más joven que ella, y por una lógica galantería femenina, no expresó la verdad de su edad. Claramente, para esto si tenía un motivo, pero cual era el motivo para mentir su lugar de nacimiento? 4)- Lola Mora, no solo nació en Tucumán, estudió en Tucumán, se formó en Tucumán, y fue en su provincia donde comenzó a ser reconocida. El 9 de julio de 1894, Mora expuso la serie completa de sus dibujos en la Escuela Normal de Maestras de San Miguel de Tucumán; era una colección de 20 carbonillas que llevó al diario local El Orden a editorializar: “Es la obra quizás de más aliento de cuantas se han llevado a la exposición. […] Muchos de ellos son algo más que un retrato, son verdaderas cabezas de estudio, de franca y valiente ejecución”. Los retratos de los “Gobernadores” le dieron fama y prestigio; luego de exponerlos profusamente, los donó a Tucumán, junto con una nota en la que hacía votos por la prosperidad de la que nombraba “mi provincia…” La Cámara de Diputados tucumana valoró el trabajo de la artista (que se conserva íntegro en el Museo Histórico de la Provincia Presidente Dr. Nicolás Avellaneda), en 5 mil pesos, que le fueron entregados como “estímulo”, con la firma y el aval del gobernador interino de Tucumán Agustín S. Sal García. Entonces, la Cámara de Diputados tucumana, premiaba a una artista tucumana, que había donado “A SU PROVINCIA…” los retratos de los gobernadores tucumanos…señores: es un documento oficial!!! 5)- Para el caso tan improbable de que Dolores Mora naciera en el Dátil, veamos: hasta entrado el siglo XX, esa zona fronteriza era tucumana, aunque Salta la reclamara. Quedó del lado salteño luego de un acuerdo de límites, casi cien años después del nacimiento de la escultora. Eso, la haría salteña? Ella vivió TODA SU NIÑEZ (DESDE LOS TRES AÑOS), ADOLESCENCIA Y PARTE DE SU VIDA ADULTA EN TUCUMÁN, EN DONDE SE FORMÓ, Y FUE PRIMERAMENTE RECONOCIDA Y VALORADA. DE DONDE ERA SU FAMILIA PATERNA…DE DONDE ELLA “SE SENTÍA”..Y CLARAMENTE, ERA. 6)- Los salteños que se empecinan con tener razón, insisten con el famoso “CENSO”, COMO SI EL CENSO FUERA PRUEBA DEL LUGAR DE NACIMIENTO DE ALGUIEN¡¡¡ SÓLO INDICA, DONDE VIVÍA UNA PERSONA DETERMINADA EN UN TIEMPO DETERMINADO…DE NINGUNA MANERA ES PRUEBA FEHACIENTE DEL LUGAR DE NACIMIENTO DEL CENSADO. No podemos imaginar un ejemplo más claro de “prueba meramente circunstancial”, que el referido censo, absolutamente inconducente. 7)- Para terminar de demoler el “relato”: la estancia “El dátil”, NUNCA FUE PARTE DE LA TESTAMENTARÍA DE LOLA MORA. Nunca perteneció a los Mora…si tenían fincas cercanas, pero de donde sacan que allí nació o tan siquiera vivió nuestra artista? El Dátil se formó años más tarde de la compra de varias fincas, entre ellas, las que fueron de Los Mora. El comprador, por cierto, fue don Alfredo Guzmán. 8). Me resulta odioso, petulante y una FALTA DE RESPETO Y DECORO, por parte de los “investigadores” de la vecina provincia, continuar insistiendo con ésta verdadera falacia. Si ella en vida, jamás puso en duda su lugar de nacimiento, si ninguno de sus contemporáneos, jamás dijo de ella, otra cosa distinta a que fuera tucumana, entonces: PORQUE INSISTIR??? Lo que es aún peor: hay algunos tucumanos, que apoyan ésta postura, a todas luces tirada de los pelos. Lo único que hacen es favorecer a un emprendimiento comercial salteño, que lucra con el supuesto lugar de nacimiento de nuestra Lola Mora. Ello en desmedro, de la Iglesia de Trancas Viejo (monumento nacional), que debería ser lugar de peregrinación de los que admiramos a Lola Mora. Por cierto, en ese lugar fue fusilado y está enterrado nuestro héroe provincial (y próximamente nacional), Bernabé Aráoz. Debemos instar a las autoridades provinciales a sentar de una vez una clara posición reivindicatoria acerca de la “TUCUMANIDAD” de Dolores Mora. Me consta que en los últimos años se ha comenzado a trabajar oficialmente en el rescate de la IDENTIDAD TUCUMANA, pues en éste tema, estimo que de una vez se debe establecer y sostener una posición oficial. Recuerdo hace unos años haber visto estupefacto en el salón de las mujeres de la Casa Rosada, una hermosa fotografía de nuestra admirada Lola Mora, con la leyenda: “Salteña…” UNA FALTA ABSOLUTA A LA VERDAD HISTÓRICA Y AL RESPETO QUE LE DEBEMOS A LA MAYOR ARTISTA PLÁSTICA TUCUMANA Y ARGENTINA. Desafío a público debate a cualquiera que pretenda cuestionar la ”TUCUMANIDAD” de Dolores Mora.
José María Posse Abogado/ Investigador histórico/ Escritor/ TUCUMANO.
Terminando con mitos y medias verdades.